Como cada semana, te avisamos. A continuación vienen spoilers, muchos, todos, sobre el octavo capítulo de la décima temporada de la serie. Si no lo has visto, estás avisado. Lee bajo tu responsabilidad.
Llegó por fin el último capítulo de la primera parte de la décima temporada de The Walking Dead. Y, como ya nos ha sucedido en otras temporadas previas, nos hemos llevado una verdadera decepción con este capítulo que, sinceramente, esperábamos espectacular. No, no estamos diciendo que sea un mal capítulo, pero sí podemos afirmar que nos ha decepcionado porque teníamos puestas muchas esperanzas en él.
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Vayamos por parte, como día aquel. "El mundo antes" comienza explicándonos toda la maniobra orquestada por Alfa para infiltrar a Dante en Alexandria, operación que acabó con el trágico final al que asistimos en el séptimo capítulo de esta temporada, donde vimos morir a Siddiq a manos del susurrador. Todo muy bien hilado y explicado, por si alguno le había quedado alguna duda. Nos queda claro, una vez más, que Alfa es una auténtica estratega a la hora de inventar trampas para sus enemigos. Dante realizó una magnífica operación de infiltración que desequilibró el estado de salud de los que le creían amigo.
Al final, lógicamente, y como no podía ser de otra manera, todo ha acabado mal para Dante, que es descubierto por Rosita y reducido a golpes tras intentar el acólito de Alfa acabar con la vida de la joven y de su bebé. Sí, porque Siddiq aparece convertido en zombi y está a punto de devorar a Coco. Justo a tiempo, Rosita consigue quitarse de en medio a Dante, y tiene que acabar definitivamente con Siddiq clavándole un puñal en la cabeza.
Dante, luego, es interrogado, momento donde aprovecha para de nuevo contarnos las bondades de su jefa, de la manera de vivir de los Susurradores, y como solo sobreviven los más fuertes. También confirma que sentía afecto por Siddiq, pero que tuvo que matarle al descubrir su verdadera identidad.
El entierro de Siddiq supone uno de los momentos más tristes a los que hemos tenido que asistir desde que comenzara la serie. El padre Gabriel aparece realmente afectado a la hora de despedir a su amigo, y Rosita no puede evitar mostrar en su rostro y en su actitud la pena negra que le corre por dentro.
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Tanta rabia lleva dentro que tras despedir a su amigo, no puede hacer otra cosa que salir fuera de Alexandria y acabar a machetazos con unos zombies, aunque eso suponga ponerse en riesgo. Menos mal que llega Eugene, que consigue sacarle de un buen aprieto.
El mejor momento llega con el padre Gabriel vengando la muerte de su querido amigo. Este personaje ha vivido muchos altibajos durante el desarrollo de la serie, pero hoy quizás ha vivido su redención, descubriendo su parte más humana y, de paso, más terrible. Gabriel quiere entender a Dante, saber el por qué de sus acciones. Le vemos repasando en vídeo la confesión del susurrador, buscando quizás ese resquicio que le haga perdonarle la vida. Es entonces cuando le visita en su celda y le dice que matando a Siddiq ha conseguido cambiar todo para siempre, y que incluso Rosita ha llegado a culparle de la muerte de un tipo al que prácticamente consideraba su hermano.
Es entonces cuando llega la hora de Dante. Hablan sobre si las personas merecen una segunda oportunidad. Gabriel responde que él no tiene una respuesta para eso, justo antes de apuñalar de forma brutal y en multitud de veces a Dante, que obviamente no tendrá ya una segunda oportunidad. Al final, Gabriel quema en una pira el cadáver del traidor, junto a Rosita, que por fin ve vengada la muerte de su amigo en común y con la mirada agradece al padre que haya sido lo suficientemente valiente para acabar con la vida de la sabandija que les ha dejado sin Siddiq.
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Por supuesto, en este capítulo hemos vuelto a tener nuestra ración diaria de torpeza de Aaron, que sigue dispuesto a salvar a su grupo negociando con Gamma, sin tener en cuenta que los acólitos de Alfa parece que nunca traicionarán a su lideresa. La cuestión es que ambos se vuelven a encontrar, y Gamma le revela que en su anterior vida, antes de ser una susurradora a las órdenes de Alfa, se llamaba Mary, todo esto obligada a quitarse la máscara para que Aaron pueda ver su verdadero rostro. Como ya sabemos, Aaron no es precisamente el personaje más hábil de la serie, y de nuevo cae en una trampa cuando acepta el trato con Gamma. Ella le dice que a cambio de dejarla ver a su sobrino, que ahora se llama Adam y ha sido adoptado por Wayne y Jen, le contará donde está la horda de zombies que su jefa usa para usarla a su capricho.
Aaron muerde el anzuelo, y se lo cuenta a sus compañeros, que emprenden una misión para localizar a la horda y tratar de acabar de alguna manera con ellos. Por supuesto, la horda no está donde se supone que debería estar, y en ese momento, con una Carol cegada por las ganas de entrar en acción, aparece Alfa en la lejanía. Carol la ve y sale corriendo tras ella, desoyendo los gritos de Daryl, que no quiere que su amiga vuelva a ponerse en peligro, como ya ha hecho en otras ocasiones.
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¿Qué sucede tras la persecución? Pues que llega el cliffhanger que todos esperábamos al final del capítulo. Alfa, como no, consigue escabullirse, y Carol, Daryl y los demás acaban en una cueva, donde resbalan cayendo varios metros. Cuando se incorporan se encuentran atrapados, con toda la horda de zombies de Alfa debajo acechándoles, y con un muro de piedra a sus espaldas (bueno, más que de piedra, de verdadero cartón piedra, ya que de nuevo se han visto claros los recortes en CGI y se nota a la legua que es un decorado).
¿Qué pasará con ellos cuando se reanude la temporada. No tenemos duda de que conseguirán salir de esta encrucijada, aunque no podríamos dar una respuesta de cómo lo harán.
Mientras tanto, en Oceanside, Michonne conoce a un nuevo personaje, Virgil, que después de salvar la vida a Luke de una muerte segura, es hecho prisionero. Michonne, durante su viaje hacia el campamento cercano al océano, conoce la triste noticia de la muerte de Siddiq, cosa que le deja muy tocada. Pero la llegada de Virgil supone un soplo de aire fresco, ya que tras el lógico recelo del principio, éste le confiesa que vive con su familia en una isla llamada Bloodsworth, en el estrecho de Tangier, dentro de una base naval donde hay armas.
Lógicamente, a Michonne se le enciende la linterna que les faltó a sus amigos en la caverna de la que hemos hablado antes (detalle imperdonable, por cierto), y decide hacer un trato con él. Conseguirá que la gente de Oceanside le dejen libre, le dará un barco, y ella marchará con él hacia esa isla para poder coger armamento para hacer frente a Alfa, su grupo de seguidores y la horda de zombies con la que les amenaza.
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Por supuesto, esta rápida decisión de Michonne nos ha llamado mucho la atención. Sí, el plan suena bien, pero ha tomado una decisión muy importante en muy poco tiempo, algo que nos hace albergar dudas teniendo en cuenta que no es una mujer que tome decisiones de calado sin sopesarlas muy bien. Está claro que Michonne dejará la serie por ahora (al menos, seguro que la veremos menos en la siguiente tanda de capítulos), pero quizás su salida ha sido demasiado rápida y abrupta, y un poco indigna para un personaje tan importante.
¿Qué hemos echado de menos en este capítulo? Sin lugar a dudas, a Negan. Esperábamos su aparición y nos han dejado con un palmo de narices. Esto nos indica que el que fuera líder de los Salvadores protagonizará en gran medida la segunda parte de la temporada. Porque sí, tenemos muchas ganas de ver a Negan repartiendo de nuevo, y si puede ser, acabando con su bate con muchos susurradores.
Ahora toca esperar hasta finales de febrero, cuando regresará la serie. Por supuesto, tenemos muchas ganas de ver el regreso de Maggie, descubrir cómo se introducirá en la trama la Commonwealth, y de ver si por fin consiguen quitarse de en medio a Alfa. Hasta entonces, paciencia.
Nuestra nota del capítulo: nos ha dejado bastante fríos para lo que esperábamos. Le damos un 7,5 porque no ha sido un mal capítulo, pero sí bastante por debajo de lo que promete siempre un episodio de mitad de temporada. El cliffhanger en la cueva, sinceramente, nos parece flojete, y la marcha de Michonne nos ha parecido bastante forzada.